La alfombra de composición es un ludo que surgió el año pasado y dio lugar a un par de sesiones muy vitales. Este año y a partir de aquellas experiencias se ha diseñado de forma mentada sus formas y dinámicas. La idea es conformar un plano de composición en una alfombra, en donde se trabaja con materiales didácticos secos: maderas teñidas, piedras pintadas, porotos y lana. Todos estos elementos tienen una intención estratégica de ir a las figuras geométricas, engendrando una experiencia de síntesis volumétrica y plana: prismas, líneas y puntos; con el gran atributo de sus diversas texturas.
El plano, dado por la alfombra, sugiere la posibilidad de la
creación de una nueva realidad, a construirla, a habitarla, individual y
colectivamente. Tiene una aceptación pareja por niños de entre 4 y 12 años.
Reivindica el juego, lo necesario de lo ludico en todo aprendizaje. El juego como actividad productiva, sin
competencia, en el que se obtiene diversión y él que es además, el único modo a través del cual el niño explora y aprende. Es la forma natural y no cohesionada de estar y
ser en el universo infantil.
Las figuras compuestas, algunas tocan el imaginario de Joan
Miró con facilidad, otras se vuelcan a planteos concretos, geométricos, otras
son simplemente territorios extraños o remembranzas de paisajes inasibles; pero todas todas están teñidas de un rotundo halo
de realidad original.
La práctica que genera entusiasma, arrebata y enorgullece a sus hacedores;
absorbido y absorto el niño juega, el niño construye; en su pisada no solo
habita sino que se apropia de esa realidad de la cual se sabe autor. Con su
mirada reflexiona y termina por establecer un vínculo de exaltación consciente con su poder
creativo, con su poder productor. Esto lo une indefectiblemente consigo mismo y con el Todo, en
un aquí y ahora.
La Alfombra de Composición es un ludo que invita a mover objetos y tiene por meta la creación.
Rosina Sapriza
Rosina Sapriza
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